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Archivos diarios: febrero 24, 2008

De Talamanca a Nueva York

Traficantes.  Indios mosquitos secuestraban a otros nativos, destinados a la esclavitud.

 

Eugenia Ibarra Rojas.

LA NACIÓN – ÁNCORA, 24 de febrero de 2008

 

Los primeros ticos que llegaron a Nueva York entraron sin visa, pero también sin libertad: fueron esclavos. Al parecer, arribaron en 1724 en barcos ingleses. Indios mosquitos los habían secuestrado y cambiado por armas. Esta es su historia… y la de sus secuestradores.

Ya en los comienzos del siglo XVIII, los zambos-mosquitos eran exitosos negociantes, sobre todo en cambiar seres humanos por armas, bienes y otras mercaderías.

Temidos. En la historia de Costa Rica se distinguen más como bandidos que cometieron frecuentes asaltos y robos de cacao en Matina, y por los estragos que causaron entre los indios de Talamanca y los de Bocas del Toro.

Además, ellos realizaron matanzas y capturaron indígenas desde la península de Yucatán hasta Penonomé en Panamá. Sus amenazantes correrías y ataques por estas partes del Caribe fueron frecuentes.

Se los tenía por duchos navegantes y fieros enemigos de otros indígenas así como de los españoles. Fueron altamente temidos en la ciudad de Cartago y en otras áreas centroamericanas.

Sus amenazas lograron intimidar al gobierno de Costa Rica, y, en 1769, este acordó pagarles un tributo anual en cacao a cambio de que no arrasaran las haciendas de Matina, no capturasen gente ni trataran de acercarse a Cartago. ¿Quiénes fueron los zambos-mosquitos?

En los siglos XVII y XVIII, España e Inglaterra estaban en conflicto, y los ingleses ocuparon las zonas costeras de Honduras y de Nicaragua. Fueron territorios conocidos como la ‘Mosquitia’ por los españoles y ‘Mosquito Shore’ por los ingleses.

Precisamente en esas áreas vivían los indios mosquitos, o ‘guayanes’ en lengua indígena. De ellos, un sector se mezcló con negros africanos esclavos y se llegaron a denominar ‘zambos’.

Ingleses. Los zambos y los mosquitos lograron alcanzar acuerdos entre sí para dominar las costas del Caribe de Honduras y Nicaragua, y extendieron después sus alcances hacia otras áreas centroamericanas. Los conocemos en Costa Rica con el nombre de ‘zambos-mosquitos’ porque así aparecen en los documentos españoles de la época, cuando atacaban juntos. Ellos son los antecesores de los miskitos del presente.

Los zambos-mosquitos sacaron provecho de sus relaciones con los ingleses, sobre todo con respecto a las actividades comerciales. Así insertaron el carey y la zarzaparrilla, entre otros productos.

Iniciados en la práctica precolombina de la captura de prisioneros, pronto aprendieron a negociar sus propios cautivos con los ingleses, y los llevaron a Jamaica para intercambiarlos.

Una vez en esa isla, los zambos-mosquitos no aceptaban dinero por sus prisioneros, sino armas y municiones, entre otras mercaderías, lo que les aumentaba su capacidad de arrasar plantaciones de cacao y de capturar más indígenas.

Esa situación contribuyó a que se les tuviera enorme temor pues podían atacar en momentos inesperados y apresar hombres, mujeres y niños.

En la historia centroamericana se registran unos 50 ataques de zambos-mosquitos entre 1702 y 1782; de aquellos, por lo menos 12 afectaron la costa del Caribe de Costa Rica. Suerre, Matina, Moín, Talamanca y Siquirres aparecen entre los nombres de los sitios saqueados. Sus pobladores indígenas fueron capturados.

Registros. ¿Qué hacían con esos indígenas esclavizados cuando ya estaban en Jamaica? Por lo menos un número importante fue enviado a Carolina del Sur y a Nueva York, como lo confirman los registros de los navíos que entre 1716 y 1767 ingresaron en los puertos de Charleston (Carolina del Sur) y Nueva York. Tales registros se llamaban ‘Naval Office Shipping Lists’.

Esos documentos oficiales portuarios dan el nombre de la embarcación que entraba o salía, describen el tipo de embarcación. Por ejemplo, aclaran si era un bergantín, una goleta o un galeón el tonelaje; indican las armas que llevaba; dónde fue construida la nave y dónde estaba registrada.

Los registros precisan el número de hombres a bordo; quién era su capitán y a quiénes pertenecía la embarcación; y cuál era su cargamento (incluidos los esclavos negros africanos o indígenas). En todos los casos debían registrar a los esclavos.

En términos amplios, la esclavitud indígena fue menor que la africana, y no es fácil detectarla en estos documentos: es como buscar una aguja en un pajar.

Pese a todo, en el año de 1723, un registro indica la llegada al puerto de Nueva York de indios esclavizados en un barco que salió de Jamaica. ¿Cómo podremos saber si esos indígenas se refieren a los capturados en Talamanca? Miremos algunos antecedentes.

El investigador norteamericano Allan Gallay encontró un registro que afirma que, en 1709, los mosquitos enviaron 30 indígenas a Carolina del Sur.

Ese dato lo complementamos con otro de 1708, en el que un documento español reporta un ataque zambo-mosquito a Talamanca en el que capturaron gente.

En nuestra pesquisa, tomamos como punto de partida la información que registra, en Nueva York, el cargamento de indígenas del año 1723, y fijamos nuestra atención en los documentos españoles buscando ataques de los zambos-mosquitos en fechas cercanas a ese año.

‘Comerciantes’. Ahí está: en 1722, los zambos-mosquitos cometieron una de las depredaciones más graves en Talamanca y en islas de la bahía del Almirante. Debido a ese ataque se denunció la captura de 2000 indios.

La ofensa fue tan grave que el entonces gobernador de Costa Rica, Diego de la Haya Fernández, los reclamó a Inglaterra. Añadió que fueron vendidos como esclavos por los mosquitos y sus aliados. Sin embargo, nunca fueron devueltos.

Todo apunta a que esos indios esclavizados que se registran en Nueva York en 1723, podrían ser algunos de los capturados en Talamanca en 1722. Esto señala que los zambos-mosquitos lograron hacer llegar a sus prisioneros hasta el puerto de Nueva York valiéndose de actividades comerciales de la época, igual que otros negociantes europeos.

Esta habilidad negociadora tuvo sus raíces probablemente desde épocas precolombinas.

La antigua costumbre de capturar prisioneros de otros grupos indígenas (para negociar su rescate o intercambio), facilitó a los zambos-mosquitos engarzarse en actividades comerciales con los ingleses.

En el contexto de la esclavitud africana de los siglos XVII y XVIII, los zambos-mosquitos no recibieron dinero a cambio de los esclavos indígenas. Esto los diferencia de los comerciantes ingleses y otros, para quienes los esclavos indígenas y africanos sí tuvieron un precio en dinero.

En conclusión, los zambos y los mosquitos tuvieron éxito en las actividades comerciales del siglo XVIII en sus exportaciones de productos y en el intercambio de cautivos.

Todo eso nos lleva a repensar la historia centroamericana. El reconocimiento de estos indígenas como astutos negociantes del siglo XVIII abre nuevas posibilidades de interpretación de toda esta historia.

LA AUTORA ES ETNOHISTORIADORA. TRABAJA EN LA ESCUELA DE ANTROPOLOGÍA DE LA UCR.